lunes, 20 de mayo de 2019

LETAL

Septiembre, maldito y bendecido mes cuando intercambié palabras con el amigo de él gracias a mi amiga, después de unas cervezas y un poco de alegría, acto seguido lo besé a él, llegó el inesperado taxi, junto a su amigo decidieron irse del lugar.
En Diciembre empecé a observar a su amigo, pero todo era un error, no fue fácil estar en el medio y el terror por ser parte del señalamiento social era indescriptible, pero los sentimientos de mí hacia él se habían vuelto tan inevitables como reales.
Padre de una niña de siete años, se perdía por las noches entre el vicio y el alcohol, la calle se había convertido en una rutina repetitiva y en una cita enfermiza, la madre de la pequeña se cansó y decidió alejarla de todo el daño que él les estaba causando, la adicción se apoderó de su mente y empezó a perder todo, desde su dignidad hasta su propia familia.
Pero el sentimiento era totalmente real, él me buscaba en bicicleta, me acompañaba con largas caminatas y siempre llevaba encima la alegría, nunca faltaba, lo compartíamos todo.
Él me daba paz y me sentía protegida, yo había dejado atrás mi propia inseguridad y me estaba enamorando del presente, a pesar de ser su amiga los sentimientos se volvían mas intensos con su presencia, y no pasó mucho tiempo cuando me enamoré, porque nada me hacía más feliz que él.
Todo fue de mal en peor, un sábado de lluvia acompañados de ése licor de dulce de leche en la puerta de casa con música, encontré una pequeña bolsa de cocaína, no esperaba que la encontrara y después de una áspera discusión tiró su celular al agua y dejó de funcionar, 5AM la lluvia cesó y pensé cuando se fué que el vicio nunca se había ido, lo sostengo hasta el día de hoy, me enterró viva en una mentira.
Veinte de Abril él escuchó las palabras mas fuertes de su hija y ella le pidió que volvieran a formar una familia, su corazón se destrozó, vino a casa y me contó que había cenado con la mamá de su hija y me enojé, no se si era enojo, tristeza, bronca o quizás ya sentía el final.
Llegó ésa noche que sería la última en la que entre copas de vino caerían sus lágrimas y su boca con temor pronunciaría: -"NO QUIERO PERDERTE, TE AMO" y yo sólo le respondí: -"ME PERDISTE DESDE EL MOMENTO QUE LO DUDASTE"
Se fué, eligió a su familia, escuchó a su hija, y firmó un contrato de contrabando con ella, quién lo destrozó, decepcionó y abandonó cuando estaba en una guerra maldita con esas líneas y al acudir a esta elección ambos sabemos que no fué por ella, sino por el amor de los ojos de su creación.
Hoy pienso que sólo lo ayudaba a pasar sus días grises, que fui la anestesia de su duelo y que no le importó apuntarme y dispararme, pero fue una decepción después de tanto tiempo yo le entregué mi corazón por completo y puse todas las cartas en la mesa, y ahí está, y ambos sabemos que va a perder una vez más, y cuando vuelva a buscar una partida más espero que entienda que ya tengo el az y que de nuevo no me voy a dejar ganar, y  en ése papel que me dejaste con esa frase googleada "El dolor es como un árbol, mientras más lo regás mas crece y si te olvidas se muere" se la devuelvo, no la quiero más, el dolor fué él desde el segundo que se fué de acá a regar su infelicidad y olvidar lo que sentía por miedo al: -¿QUÉ DIRÁN?

-LO QUE HIZO FUÉ LETAL.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario